Para hacer pan de masa madre, vas a necesitar un fermento de masa madre, harina, agua y sal. La clave está en el proceso de fermentación, que lleva más tiempo que las recetas de pan tradicionales, pero vale la pena la espera.

  1. Prepará el fermento de masa madre: Tu fermento de masa madre, también conocido como cultivo iniciador o simplemente “la madre”, es una mezcla fermentada de harina y agua que contiene una colonia de microorganismos que incluyen levadura salvaje y lactobacilos. Si no tenés un fermento, podés hacer uno vos mismo, aunque lleva entre cinco días y una semana.

  2. Mezclá los ingredientes: Mezclá la harina, el agua y el fermento en un bol grande hasta que se forme una masa áspera. Luego, dejá que la masa repose (autólisis) durante unos 30 minutos. Después de que la masa haya reposado, agregá la sal.

  3. Amasá y dejá levar la masa: Amasá la masa y luego dejala levar durante aproximadamente 4 a 24 horas, dependiendo de tu receta específica y del fermento. Esta es la primera fermentación.

  4. Dá forma a la masa: Después de que la masa se haya inflado significativamente, dale forma suavemente a un pan redondo sin desinflarla demasiado.

  5. Segunda fermentación: Colocá el pan sobre una superficie enharinada, cubrilo con un paño y dejalo levar hasta que esté hinchado pero aún conserve su forma cuando lo toques (generalmente de 1 a 3 horas).

  6. Precalentá y horneá: Unos 30 minutos antes de hornear, precalentá el horno y la olla holandesa (si la usás) a 260°C. Hacé un corte en el pan y luego transferilo con cuidado al horno caliente (reducí el calor a 232°C). Horneá durante 20 minutos con la tapa puesta, luego otros 30 a 40 minutos con la tapa quitada, hasta que el pan esté de color marrón oscuro y suene hueco al golpearlo.

  7. Enfriá: Dejá que el pan se enfríe en una rejilla durante al menos una hora antes de cortarlo y disfrutarlo.

Recordá que la masa madre es tanto un arte como una ciencia. Puede que te lleve algunos intentos hacerlo bien, pero cada pan será mejor que el anterior. No hay nada como la satisfacción de hacer tu propio pan desde cero. ¡Que disfrutes horneando!